MANOLO MONTOLIU
vuelve a vestirse de plata
El matador de toros Manolo Montoliu ha decidido
continuar su carrera profesional como banderillero, como ya adelantase APLAUSOS. El torero
valenciano ya destacó sobremanera en ese campo, actuando a las órdenes de los matadores El Soro,
Ojeda y Antoñete, En esta nueva etapa formará parte de la cuadrilla del matador portugués
Víctor Mendos.
Como se recordará, al comienzo de la temporada de 1986, Montoliu se doctoró como matador de toros
en la feria de la Magdalena, en corrida que había despertado gran expectación. Posteriormente actuó
en las principales ferias de la primera parte de la temporada: Valencia, Sevilla, Madrid, donde
confirmó la alternativa, y Nimes. Una cornada sufrida en la plaza francesa de Beaucaire y la falta
de éxitos rotundos motivaron que los contratos escaseasen al final de la campaña. |
—¿Confirmado tu paso a la cuadrilla de Victor Mendes?
—Si, está hecho. Estos últimos días los hemos pasado
juntos en Portugal, hemos concretado nuestra relación y hemos
iniciado un conocimiento personal que me hace pensar que he acertado incorporándome a
su cuadrilla. Victor, ya tenía referencias de ello, me ha
parecido todo un caballero.
"Me he incorporado a la cuadrilla
de Víctor Mendes"
"Mi papel será el de un
banderillero más, el único
protagonista debe ser él."
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—Se ha comentado que vais a compartir el tercio de banderilas, de la forma que lo hizo
otro tándem hispano-portugués, el que formaban Andrés Vázquez y Mario Cohelo.
—Si se ha comentado, no es cierto. Yo me incorporo a la cuadrilla de Victor Mendes
como un banderillero más. El protagonismo en la plaza, incluido el tercio de banderillas,
le corresponderá a él, que es el matador. Mi propósito es
ponerle los toros en suerte, con los menos capotazos posibles, y
de la manera más eficaz. Al que van a anunciar con letras grandes y al que la gente quiere
ver es a Victor, al que no vamos a descubrir ahora como banderillero. Yo tengo muy
claro cuál es mi papel, que procuraré cumplir de la manera más eficaz y brillante posible;
pero, por favor, no queramos desvirtuar el tema. Si alguna tarde, porque no se encuentre
bien, porque el toro no reúna condiciones para su lucimiento, o simplemente porque él lo
crea conveniente, tengo que coger los palos, los cogeré.
—Llevas de compañero, lidiando, a otro matador de toros, a Rafael Torres, que ha
destacado las últimas temporadas como banderillero. ¿Qué te
parece?
—Estupendo. Es un gran torero, de los mejores que hay en estos momentos. Somos lo
que se dice dos cortes de torero distintos, pero que a buen
seguro nos vamos a compenetrar
bien. Creo que podemos formar una buena pareja, para que el matador y los
aficionados estén a gusto.
—Has tenido otras ofertas. ¿Nos las puedes concretar?
—Sí, pero eso son cosas que deben quedar en el anonimato
de las relaciones profesionales.
El hacerlas publicas no creo que sea especialmente interesante para nadie y a su vez
podría suponer cierta descortesía para ellos, a los que
precisamente les debo agradecer el que se hayan acordado de mí.
—¿Cómo crees que te van a acoger tus compañeros?
—¡Hombre! Supongo que bien. No tienen, pienso, motivos para recibirme mal. El
hecho de haber tomado la alternativa no creo que haya perjudicado a nadie, si acaso al
contrario, se ha demostrado que desde el campo de los banderilleros se puede aspirar a lo máximo, que el hacer el paseíllo
una fila más atrás no supone que no seamos toreros o que seamos toreros acabados. Que
yo no haya redondeado mi intento con el éxito soñado, no quiere decir que otros no lo
pudiesen lograr. Tampoco los he puesto en ridículo, porque no
he hecho el ridiculo en la plaza. Yo sé lo que quieres decir, pero
supongo que no se puede evitar que alguien se alegre, pero eso
pasa en todas las profesiones y en muchos momentos de la vida.
"Tuve que empezar por Valencia,
Sevilla, Madrid..., y eso es mucha
tela y para mí y para cualquiera, pero
yo lo sabía. Mo me quejo."
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—¿Estás arrepentido de haber dado el paso a matador de toros?
—Al contrario, estoy muy contento, muy orgulloso. Es una experiencia inolvidable,
quizás de las más importantes de mi vida. Hice realidad un sueño que tuve desde niño, y
que prácticamente había desechado: ser matador de toros. Sentir durante un tiempo la
sensación de ser figura, estar colgado de los carteles de las ferias
más importantes y saber que prácticamente todo el mundo liares que no podía poner en
peligro. Un eventual fracaso no me afectaba a mi solo 9 detrás
estaba mi familia. Todavía estoy convencido de que si me hubiese tomado tiempo 9 si
hubiese podido placearme, hubiese podido salir adelante; pero comprometía a otras personas,
mis hijos, a los que les tengo que asegurar el porvenir.
—¿Tú crees que si hubieses seguido...?
—Del Montoliu que se vio en Castellón, al que se vio, por
ejemplo, en Nimes o en Mojanes, había una diferencia abismal. Me sentía más seguro,
menos cohibido en la plaza. Es lógico; otros matadores que
ahora son figuras, con una campaña de novillero detrás, han
tardado varias temporadas en cuajar y yo no podía ser una excepción. Un inconveniente
que tenia mi carrera, es que tenía que empezar necesariamente por las plazas de máxima
responsabilidad; no había otra de unos buenos amigos. äLuego me presentaron unas cuentas
impecables y ajustadas. Que los meses de septiembre y agosto no torease, me ponía
nervioso, pero eso es lógico. Mira, todas las gestiones son
mejorables, eso es normal, incluida la actuación de los toreros, en
este caso la mía. Ellos hicieron todo lo que pudieron, eran los
primeros interesados en que las cosas saliesen bien, si no han
salido mejor no ha sido por falta de trabajo, ni de ilusión.
Todo se hizo por bien.
"Se ha demostrado que no fue un
capricho, ni una frivolidad. Maté las
corridas con dignidad y me quedé
quieto, incluso recibí la única
cornada de mi vida."
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—Económicamente, ¿cómo te fue?
—Con arreglo a las tardes que toreé, muy bien. Date cuenta que con cargo a esas
diez corridas tuvo que ir toda la inversión de la preparación y el
equipo de torear. No he sufrido ningún quebranto económico.
—¿Pensabas que podría ocurrir esto?
—Yo me hice matador aspirando a lo mejor, pero no era un niño, sabia lo difícil que era
el éxito total y estaba preparado para todo. Pero insisto, yo
no me considero que haya fracasado.
—¿Volverías a intentarlo?
—Eso es algo pasado e imposible de que se repita. Pero en la hipótesis de encontrarme
en las mismas condiciones que a principio de la temporada de 1986, decididamente si. Desde
el mismo momento que me ofrecieron la posibilidad de tomar la alternativa en buenas
condiciones, tenía que aceptar. Vo no podía hacerme viejo pensando que no fui capaz de
intentarlo y con la duda de si hubiese sido capaz o no de triunfar.
—¿Amargado?
—No. Feliz.
"Estoy contento y orgulloso de haber tomado la
alternativa."
"Ha sido una de las experiencias másenriquecedoras de mi vida."
Fotografía: Mortalla Barba
Aplausos, 17 de noviembre de 1.986 |
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