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Domingo 2 de diciembre de 2001
taurinas
Monumento
Romero, a la vera de la Maestranza
Enclavado junto a la Real Maestranza de Caballería, en lo que será la glorieta que llevará el nombre de Curro Romero, se levanta el monumento, en bronce, del escultor Sebastián Santos Calero, que representa al diestro en un desplante que realizó ante un toro de Gabriel Rojas en la Feria de Abril de 1984
LUIS NIETO
Monumento a Curro, rodeado del emblemático romero, junto a la Maestranza, en uno de esos desplantes personalísimos que rebosa torería. Romero, en bronce, junto a su plaza, a dos pasos de Camas, con el Guadalquivir de testigo. Romero, a perpetuidad en la que será, dentro de poco, según Alfredo Sánchez Monteseirín, una glorieta que llevará su nombre. Una fiel representación de aquel desplante que realizó a Flautino, un toro de Gabriel Rojas, en la Feria de Abril de 1984, realizada por Sebastián Santos Calero.
En una jornada de entusiasmo, de alegría, tanto para los curristas como para el resto de aficionados, acompañó todo. Por la climatología y la animación parecía un Domingo de Resurrección, uno de esos domingos en los que no faltaba Curro Romero en sus carteles. Sol radiante, la Banda Municipal de Sevilla, dirigida por José Albero Francés, amenizando el evento con pasodobles, cerrándolo con los himnos de Andalucía y Nacional. Curro Romero, junto a su gemelo broncíneo, sonrió cuando le cantaron a su llegada aquello de “¡Cumpleaños feliz...!” en el día en que cumplía 68 años. Un día que será inolvidable para el camero, un día en el que estuvo rodeado de multitud de amigos y partidarios, gentes de todos los estamentos sociales.
En el acto abrió el paseíllo Alfredo Flores, fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Sevilla, para indicar que la escultura “es más un documento que un monumento” por lo que supone de perpetuidad a la memoria del torero y que “tiene la categoría artística que el diestro merece y Sevilla exige” para un espada “que ha toreado casi doscientas veces en la Maestranza, con cinco Puertas del Príncipe”. Un torero al que definió este currista, como “un ser humano tranquilo, serio, tímido”.
A continuación, a la una menos cuarto de mediodía, se descubrió el monumento, en el que Sebastián Santos Calero ha captado perfectamente el empaque del torero en ese sui géneris desplante que trasluce flamenquería y serenidad; saliendo con garbo, con la muleta en la zurda y el estoque en la derecha, ante un imaginario toro. Por si faltaba algo, Curro Romero, emocionado, se arrojó al ruedo de la oratoria para agradecer la idea “a toda Sevilla” y a sus impulsores, principalmente a Rafael Álvarez Colunga, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, y afirmó que el monumento está situado en un enclave idóneo, “entre el Paseo Colón, la Maestranza, el río Guadalquivir, Sevilla y Triana”.
Y tras Romero, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteserín, y el ministro del Interior, Mariano Rajoy, destacaron al alimón la figura del diestro. Monteseirín aludió a que Sevilla “es instante” y conjuga “grandeza y gracia”. Por su parte, Rajoy habló sobre la ilusión que levantaba el camero, al que adjetivó su toreo como “esencia, esperanza”. Como hecho anecdótico cabe destacar que el ministro pinchó en hueso al indicar que Curro había salido cuatro veces por la Puerta del Príncipe. Al instante, salieron voces del público: “¡Cinco, cinco…!”.
Prácticamente todas las capas sociales estaban representadas allí. Desde los que gritaban desde lejos -“¡Curro, somos los de grada!”- hasta multitud de políticos, pasando por algunos maestros del toreo. Entre otros, de la política, además de numerosas autoridades locales, asistieron Mariano Rajoy, Javier Arenas y Carlos Iturgaiz; de la nobleza, la Duquesa de Alba y el Conde de Luna; del empresariado, Rafael Álvarez Colunga; de la judicatura y abogacía, Baltasar Garzón, Alfredo Flores y Manuel Clavero Arévalo, presidente del Consejo Editorial de Diario de Sevilla; del flamenco y la canción, Juanito Valderrama, los del Río, Rancapino y Pastora Soler. Y del mundo taurino, los Litri, padre e hijo; Aparicio, padre e hijo, El Viti, Ángel Peralta y José Antonio Campuzano. Una lista interminable de curristas, de amigos del torero. Un día grande.
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